Nota de la Red el Hueco de mi Vientre: Reproducimos el siguiente artículo para dar a conocer tanto dolor y muerte provocado por la política de control de la natalidad (abortos y esterilizaciones) impuesta por el gobierno Chino. Sólo en el año 2015, 13 millones de niños fueron abortados en China (y son datos oficiales, la realidad es aún mayor). Casi el equivalente a la población de los Países Bajos. Ya en el año 2013, la Presidenta de Derechos de la Mujer Sin Fronteras, Reggie Littlejohn, denunció que el total de abortos realizados en China por la política de un solo hijo “es mayor que toda la población de Estados Unidos”, y muchos de ellos “son forzados, hasta el noveno mes de embarazo” así como lo son las esterilizaciones y el control restrictivo de la natalidad.“Algunos abortos forzados son tan violentos que las propias mujeres mueren (…) junto con sus bebés”, y las esterilizaciones forzadas “dan lugar a complicaciones de salud de por vida”. Explicó que el aborto selectivo por sexo da lugar a que “un estimado de 37 millones de hombres chinos nunca se casarán, porque sus futuras esposas fueron eliminadas de forma selectiva”, y este desequilibrio en la demografía ” promueve de manera poderosa la trata de mujeres y la esclavitud sexual” en todo el sudeste de Asia.
Las consecuencias demográficas y económicas de este genocidio ha llevado a una de las ciudades Chinas a replantearse esta mal llamada política de “control de la natalidad”. Así lo explica el artículo:
En China, ahora procrear es glorioso (Fuente: www.elpais.es. Septiembre 2016)
La ciudad de Yichang pide a los jóvenes militantes comunistas que den ejemplo y tengan un segundo hijo
En 2010, la urbe fue ejemplo de la política de control de la natalidad. Para mediados de siglo, uno de cada tres chinos tendrá más de 60 años
La ciudad de Yichang, en Hubei, en el centro de China, era famosa en el país por su estricto cumplimiento de la política de hijo único. Con una natalidad media inferior a un niño por mujer desde 2000, superaba incluso a Hong Kong como el lugar donde nacía menor porcentaje de bebés en el gigante asiático. Su estricta aplicación de las órdenes demográficas de Pekín le valieron ser designada en 2010 como ejemplo nacional. Pero con la abolición el año pasado de la norma que imponía un solo descendiente a cada pareja, las tornas han cambiado. Y con la misma diligencia con que velaba por la política anterior, las autoridades municipales se han propuesto ahora fomentar una explosión de nacimientos entre los jóvenes comunistas de la localidad.
Una carta abierta de la Comisión de Sanidad y Control de la Población de Yichang (cuatro millones de habitantes), publicada en su página web, insta a los funcionarios y trabajadores estatales del partido y de la Liga de Juventudes Comunistas a “dar ejemplo empezando por ellos mismos”. Los que estén en edad de procrear deben tener un segundo hijo; aquellos ya demasiado mayores han de “educar y encomendar” a sus hijos en edad fértil la tarea de darles un segundo nieto.
Los funcionarios del partido deben asimismo difundir entre el resto de la población “los beneficios de tener dos hijos” y “los riesgos que se corren teniendo solo uno”. “Si las cosas siguen como hasta ahora, se producirá un enorme daño y riesgo para el desarrollo social y económico de nuestra ciudad, así como para la vida diaria de nuestras familias”, resalta la carta.
Para hacer hincapié en la idea de los beneficios, el Ayuntamiento ha aprobado una serie de ventajas para los padres repetidores, desde pruebas médicas gratuitas hasta un permiso de maternidad más prolongado, pasando por la construcción de nuevas guarderías y centros infantiles.
Yichang, la segunda ciudad de la provincia de Hubei, registró en 2014 una tasa de natalidad de 11,5 nacimientos por cada mil personas; en 2015, la cifra descendió aún más hasta 9,2 nacimientos por mil personas, según la oficina nacional de estadísticas. Es una proporción notablemente inferior a la media nacional, de 12,1 recién nacidos por mil personas en 2015. Muchas mujeres residentes en la ciudad en edad fértil, entre los 18 y los 45 años, optan directamente por no tener hijos.
Si la tendencia continúa, recuerda la Comisión, la baja natalidad causará “una sociedad envejecida, escasez de mano de obra, una urbanización incompleta” y la posibilidad de que la pareja envejezca en soledad si pospone tener un hijo demasiado, o fallece el único vástago que tienen. La tradicional preferencia por un hijo varón ya ha provocado una desproporción naturalmente alta de nacimientos de varones respecto al de mujeres en toda China, 116 niños por cada 100 niñas.
Pekín anunció el año pasado la abolición de la política del hijo único para permitir que las parejas casadas puedan tener un segundo bebé. La decisión ponía fin a una medida impuesta a principios de los ochenta por el entonces presidente Deng Xiaoping y que se aplicó en muchas ocasiones radicalmente, mediante esterilizaciones, abortos forzosos y multas a las parejas que tuvieran hijos de más. El anuncio de la derogación se tomaba después de numerosas advertencias de los expertos sobre el rápido envejecimiento de la población y la falta de trabajadores en las próximas décadas. La ONU calcula que para 2035 habrá casi 400 millones de jubilados, frente a una población en la actualidad de 1.370 millones de personas. Para mediados de siglo, uno de cada tres chinos tendrá más de 60 años.
17 millones de nacimientos
Provincias como Hubei figurna entre las más afectadas por el envejecimiento de la población, al igual que aquellas con una fuerte presencia de fábricas obsoletas o con una economía predominantemente agraria. Los jóvenes optan por marcharse a las prósperas regiones costeras o a la capital, mientras en sus poblaciones de origen permanecen los ancianos o niños que no pueden acompañar a sus padres en la migración.
Pero pese a que Pekín espera que permitir un segundo hijo suponga 17 millones de nacimientos adicionales el próximo lustro, los intentos del Gobierno de lograr un aumento significativo de la natalidad aún tardarán en dar fruto. La Academia China de Ciencias Sociales calculaba que la tasa de natalidad se encontraba en 2015 en 1,3 hijos por mujer, muy por debajo de los 2,1 necesarios para mantener el nivel de población.