La Unidad de Partos del CHUP impulsa un proyecto pionero para superar el duelo perinatal.
El duelo perinatal es poco común, pero existe y representa una de las circunstancias más difíciles a las que se enfrentan las pacientes y los profesionales sanitarios que las asisten. La pérdida de un feto o de un bebé al poco de nacer pone a prueba no solo la capacidad física para asumir una marcha imprevista, sino también la fuerza emocional para aceptarla. Por este motivo, las matronas de la Unidad de Partos del CHUP han impulsado un proyecto que intenta ofrecer herramientas para encajar un golpe tan duro como este.
La supervisora de la Unidad, Natalia Alonso, explica que las mujeres que pasan por este trance reciben atención sanitaria especializada y asistencia psicológica especializada. Además, el protocolo incluye una medida pionera, que consiste en la entrega de una «caja de recuerdos» que han diseñado las propias trabajadoras. En esta se introducen el gorrito que le colocan al bebé en el momento de nacer, la pinza del cordón umbilical con la identificación y una tarjeta con el nombre, la fecha de nacimiento y, «si los padres quieren», una fotografía del bebé y las huellas de las manos o de los pies. «Es una caja para crear recuerdos a los que puedan recurrir. Muchos estudios realizados en distintos países concluyen que los recuerdos ayudan a asimilar esa pérdida. Porque no se trata de olvidar, sino de aceptar lo que ha ocurrido y aprender a vivir con eso que ha sucedido», explica Alonso.
Además, la caja incluye información sobre la evolución del proceso gestacional y las opciones que hay para gestionar la lactancia, incluyendo la posibilidad de donar la leche cuando las pérdidas ocurren en el tercer trimestre. «No solo hay la opción de cortar la lactancia con medicación, sino que también hay un tratamiento fisiológico que consiste en ir vaciando las mamas poco a poco o incluso la opción de ser donantes de la leche que iba a ser para su bebé. De hecho, con esta última alternativa muchas mujeres le encuentran como un sentido a esa leche que, de otra forma, se perdería».
La iniciativa surgió «de manera espontánea», a raíz de la pérdida que sufrió una conocida de una trabajadora del servicio. Su caso dio pie a «ahondar un poco más» en la gestión de esta casuística y a iniciar el diseño de las cajas de recuerdos.
El número de pérdidas perinatales oscila de un año a otro, pero la media anual es de unos diez casos. «No son muchos, pero creo siempre los habrá por mucho que mejore la sanidad y la medicina», advierte Alonso. Concretamente, la Unidad de Partos atiende a las mujeres con gestaciones superiores a las 20 semanas, «aunque eso no quiere decir que una pérdida producida en un momento anterior no sea igual de dolorosa (…). De hecho, la mayor parte de las pérdidas se producen en el primer trimestre», añade la supervisora.
DESPEDIDA. «El impacto más grande es cuando se da la noticia», por eso los profesionales deben estar preparados para comunicar la pérdida gestacional. Al mismo tiempo, se procura desviar a las mujeres al servicio de Xinecoloxía, donde no puedan escuchar a bebés, y se intenta que sean atendidas por «las mismas personas de referencia».
El personal informa sobre todas las posibilidades que hay a su alcance y una de ellas es la oportunidad de ver a su bebé. «Es algo que siempre recomendamos, porque las mujeres necesitan despedirse de sus hijos. Entran en el hospital embarazadas y salen con una barriga y unos brazos vacíos. Lo primero que quieren es escaparse, marcharse y olvidarse de todo esto. Inicialmente no quieren verlo, pero nosotros dejamos la puerta abierta a un cambio de opinión y al final siempre, o en la mayoría de los casos, quieren verlo. Es bueno despedirse», indica la supervisora.
Otra de las recomendaciones habituales es «que se lo tomen con tiempo» y que no pongan freno a las emociones. «Si necesitan llorar, deben hacerlo. No vale eso de que tienen que hacerse las fuertes». Alonso recuerda que, si la muerte ya es un tabú generalizado, el fallecimiento de un bebé se «silencia». «Una perdida implica elaborar un duelo, que no es más adaptarse a esa nueva situación, que conlleva manifestaciones emocionales y psicológicas y biológicas y sociales. Pero el duelo que se produce cuando hay una pérdida gestacional es especial porque implica muchas pérdidas. Implica la pérdida del bebé que esperábamos, la pérdida del rol de madre que íbamos a ser, la pérdida de las expectativas que teníamos, las ilusiones… Por eso es fundamental que los profesionales validemos esa pérdida y que reconozcamos su dolor para que ellas mismas se permitan iniciar el duelo».
Fuente: https://www.diariodepontevedra.es/articulo/pontevedra/matronas-crean-cajas-recuerdos-mitigar-golpe-perder-bebe/201907071303261042910.html