Las familias luchan por la aplicación del registro de los bebés nacidos sin vida

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Los fallecidos, tras seis meses de gestación, puede inscribirse con nombre y apellidos, un trámite que facilita el duelo y dignifica su memoria

Aunque un bebé muera al minuto de nacer, tiene derecho a figurar en el Libro de familia, sean cuales sean sus semanas de gestación pero, en casos de muerte intrauterina, tras los seis meses de gestación, no se puede inscribir, pero sí en el Archivo de nacidos sin vida del Registro Civil. Antes se denominado Legajo de criaturas abortivas, pero donde se registraba sin nombre. Ahora, con la Ley 20/2011 del Registro Civil, en vigor desde el año pasado, las familias pueden hacerlo con nombre completo y los datos de sus padres.

Sin embargo, su aplicación en Aragón ha generado problemas a familias como la formada por Laura Pueyo y Miguel Santiso, miembros de la red El Hueco de mi Vientre, que lleva esperando un año una respuesta de la administración de un trámite que sería vital para ayudar a superar el duelo a las familias que han perdido un bebé y normalizar una realidad a la que se enfrentan, la pérdida de un bebé, que “es más habitual de lo que nos imaginamos”, destaca.

Aunque la lucha de esta familia comenzó tras fallecer su hija, en 2015, cuando recurrieron el registro en el Legajo y lograron poner su nombre, Iris, aunque sin apellidos, en vez del “feto de Laura”. Tras la aprobación de la nueva ley iniciaron de nuevo el trámite pero se toparon con la falta de sensibilidad y la ausencia de instrucciones ni el propio archivo en el que registrar a su bebé. Desde Aragón, les remitieron al Registro Nacional en Madrid y, de nuevo a Aragón, sin una respuesta.

Con el proceso que han emprendido Laura Pueyo y su marido quieren “generar un precedente para que las familias no tengan que estar pasando por esto”, además de “concienciar socialmente” de lo que significa perder a un bebé antes o después del parto y disminuir el “tabú” que obliga a las madres y padres a vivir el duelo “en silencio” y sin el apoyo adecuado.

Respaldo profesional

Este sencillo trámite que reclaman las familias no tienen consecuencias económicas ni jurídicas, ni computa a la hora de designar a una familia como numerosa o en el cálculo de la jubilación, pero sí, remarca Pueyo, “dignifica y honra su memoria”. Una petición que cuenta con el respaldo setenta profesionales de la salud mental perinatal, quienes defienden la inscripción completa en todos los registros civiles, y declaran la importancia de reconocer y poder inscribir a los hijos e hijas fallecidos en el vientre materno con su nombre y apellidos.

Desde la perspectiva de la salud mental perinatal, es crucial reconocer la importancia de este proceso de inscripción, ya que, detallan los expertos, “contribuye al sano proceso de duelo y a la validación social del duelo perinatal, que a menudo carece de reconocimiento”. La inscripción completa simboliza “el reconocimiento administrativo de que el bebé existió, formó parte de la familia y es honrado y recordado”.

Consideran fundamental permitir la inscripción completa de los hijos fallecidos, ya que un nombre completo tiene “un significado cultural en nuestra sociedad y representa la familia a la que pertenecía la criatura”. Esto les ayuda a “recolocar emocionalmente al ser querido fallecido” en su entorno social y emocional, creando “un espacio simbólico y afectivo” para el bebé fallecido, lo que es especialmente significativo en el caso del duelo perinatal. 

Fachada en rosa y azul

La fachada de la Comarca de la Hoya de Huesca se iluminó ayer con los colores azul y rosa por el Día Internacional de la Muerte Perinatal y Neonatal. Una fecha no sólo para recordar a los niños fallecidos durante el embarazo o tras el nacimiento sino apoyar a los familiares, visibilizar el trabajo de los profesionales que atienden estos casos y solicitar mejores protocolos y formación, tanto en la asistencia como en el acompañamiento, y mayor “sensibilidad y empatía” a quienes intervienen en el proceso de la muerte de un bebé