Solidaridad en el dolor
Es posible que experiencias de gran dolor como supone la muerte de un hijo, (o una enfermedad, o….) nos lleven a salir de nosotros mismos, a ser más sensibles al dolor de otros, a querer darle una respuesta adecuada. Es posible que experiencias de dolor sean un camino para construir un mundo más justo. En esta sección podrás encontrar testimonios de personas que viven esta experiencia así.
“La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la comodidad hubieran permanecido dormidos.” (Horacio 65 A.C.)
«Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la pérdida, ya han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una compresión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada» (Elisabeth Kubler Ross)
“Yo tenía un hueco en el vientre que al principio me resultaba insoportable. Cómo se puede vivir, amar, trabajar, criar, disfrutar, cuando tienes un agujero, estás rota, no estás entera. Me sentía en todas partes fuera de lugar, por mi agujero en el vientre. Pero al final acepté que no iba a rellenarse ese agujero. Nunca. Un día de pronto caí en la cuenta con mucha emoción que un agujero no tiene por qué ser algo tétrico, estéril, triste y negro. Un agujero es el hueco de la guitarra, es una maravillosa caja de resonancia. ¿No podría ser mi hueco del vientre la caja de resonancia para el dolor de otros? Quizá yo podría hacer sonar en mí algo de aquello que callan los inocentes, los que sufren, los olvidados, los pobres… Un hueco puede ser también un refugio. Un lugar seguro. En un hueco cabe alguien, sirve para acoger a otros, un lugar en el que entrar. Como los refugios de la guerra civil. Quizá a mi me sirviera el agujero para atender mejor a otros, para aliviar mejor el dolor, que es mi profesión.” (Pilar Gómez – Ulla. Psicóloga de Familiae. Colabora en la red “el hueco de mi vientre”)