Reproducimos-traducido-el articulo que publicó el diario El Berria, tras la presentación de la Red el Hueco de mi Vientre en Pamplona:
Raquel Besora dio a luz la semana 31 de embarazo. Adrián nació muerto, y Julen, en cambio, vivo. “Estaba contenta porque Julen estaba vivo, pero a su vez rota, porque Adrián estaba muerto”. Besora perdió a Adrián en 2011. Los últimos años fueron duros para ella. Hace tres años volvió a quedarse embarazada. Tuvo miedo, pero todo salió bien.
Marta Martínez supo en septiembre que es perder un niño. En la ecografía habitual de la semana 36 le dijeron que el bebe no tenía latido. “Los días previos sentí mucho movimiento en la tripa. Según dijeron, tenía tres vueltas de cordón umbilical en el cuello, y se ahogó”.
Los casos de Besora y Martínez no son aislados. En Navarra fallecen 2-3 niños al mes en el parto, o al poco de nacer. Junto con otras madres, Besora y Martínez han creado ahora un grupo de apoyo, para ayudar a los padres y familiares que han perdido a su bebe al parir o después de nacer. “Hemos creado un espacio para ayudar a familiares que viven situaciones parecidas a la nuestra. Han perdido a su bebe, y queremos ofrecerles un lugar de confianza, para que puedan decir lo que sienten, escucharles, compartir…” dijo Besora. Explicaron que hacer el duelo es muy complicado, pero que solo haciéndolo podrán seguir adelante. El grupo que han puesto en marcha en Pamplona se llama “El hueco de mi vientre”.
La presentación fue el pasado sábado, y están contentas porque fueron muchos los padres y familiares que mostraron su interés. “Muchos nos han dicho que era necesario, que se necesitaba algo así” explico Martínez. Hasta ahora no había ningún grupo en Pamplona que ofreciera este tipo de ayuda. Se reunirán una vez al mes. La siguiente reunión será el 13 de marzo, a las 19:00.
Según los miembros del grupo de Pamplona, este tipo de duelo no está nada aceptado en la sociedad. “Nos han dicho muchas veces que estemos tranquilas, que somos jóvenes, o que tendremos otro hijo más adelante. Pero nosotras queremos hablar de nuestros niños fallecidos, y en la sociedad no encontramos el espacio para ello”. Y no solo en la sociedad. Si el bebe nace muerto, no se puede registrar en el libro de familia. “No existe”. Besora y Martínez han denunciado que la desautorización se da en todo tipo de situaciones, tanto en la sociedad como en las instituciones. “No hay ningún nombre para este tipo de perdida. ¿Cómo se le llama a la pérdida de un hijo?”
Las mujeres se han unido a través de amigos y conocidos. En busca de ayuda, de apoyo. Así han formado el grupo, y han decidido extender la ayuda, compartirlo con personas que han tenido experiencias similares, con la intención de crear una red de ayuda entre todos. “Un lugar donde decir lo que sientes, donde darte cuenta que no estás solo, un lugar donde hacer frente al ahora, un lugar donde agarrarse a la vida” ha añadido Martinez. Y es que el fallecimiento de los niños que mueren en el embarazo siempre “ha sido tabú” para la sociedad, “algo que era mejor callarse”. Los grupos no curan, pero ayudan a paliar el dolor. Ese es el objetivo.
A Martinez le ocurrió hace poco. Tuvo que tomar muchas decisiones cuando perdió a su bebe. Si quería ver la cara del bebe que había nacido muerto, si lo abrazaría o acunaría, por ejemplo. Al principio no quería. “Solo sentía odio, estaba enfadada”. Cambió de opinión y cogió a su hijo en brazos. Está profundamente agradecida, y ahora reconoce que la experiencia le sirvió para ir superando el duelo. “Le he dicho adiós a mi hijo”.
Martinez también ha querido remarcar el buen trato recibido en el hospital, cuando perdió a su niño; Besora en cambio, recomienda “hablar del tema con total tranquilidad, ya que psicológicamente puede ayudar mucho”. Así es como lo hacen en casa, tratan la muerte con naturalidad. “Julen sabe que era gemelo, y de vez en cuando hacemos pequeños rituales” explicó. Habló de los recuerdos. Y es que, no tiene ningún recuerdo del niño que falleció, pero en los duelos, los recuerdos son muy importantes. “Quieres dar vida, y de repente, es la muerte lo que sale de ti. Nadie está preparado para eso, nadie debería de estarlo”.
Profesionales cualificados
Después de una perdida perinatal, es importantísimo el trato que los trabajadores sanitarios dan a los padres. Tienen que tener en cuenta lo ocurrido, tratarlo con delicadeza, para que el duelo de los padres pueda ser lo más sano posible. Eso es lo que explicó la psicóloga Patricia Roncallo; ha estado ayudando en el grupo de apoyo. “Las madres tienen muchos sentimientos en ese momento, y hay que darles opciones, tiempo, para decidir qué hacer con tranquilidad”.
Besora por ejemplo no tuvo tiempo para despedirse de su hijo. “Se lo llevaron rápido, y mi marido y yo no tuvimos oportunidad de abrazarlo”. Todavía no entiende porque no le dejaron estar con él, y todavía recuerda cosas que se podían haber evitado en el hospital. De todos modos está contenta porque sabe que hoy en día ha cambiado mucho el trato. Además, ha hecho saber que en el Hospital de Navarra están trabajando en un protocolo para poder atender mejor a las familias que han perdido a su bebe.
Besora y Martinez están dando apoyo a las familias que han perdido a sus bebes antes de nacer, en el parto o al poco de haber nacido; y ellas también reciben apoyo. Aunque parezca sorprendente, en el momento más complicado también ha aprendido algo Martínez: que hay luz al final del camino. “Esto es un proceso; ahora estoy en mitad de una tormenta, pero sé que saldré de aquí”. No está sola. No hará el camino sola.
Fuente: http://nafarroa.hitza.eus/2018/02/23/jaiotzak-dolua-dakarrenean/