Era noviembre de 2019 cuando presentamos en Avila la delegación de la Red.
Comenzamos acompañando a las familias individualmente por teléfono y/o de forma presencial.
Durante la pandemia, en cuatro meses tuvimos cuatro muertes perinatales, lo que nos llevó a dar el paso y facilitar un grupo de apoyo mutuo de padres y madres.
En alguna reunión de grupo una mamá mostraba su dolor porque con el sock de la muerte del bebé decidieron dejar el cuerpo en el hospital.
Meses después esa madre se torturaba porque nadie le había dicho a dónde iban sus restos.
A raíz de ahí hicimos una visita al cementerio para preguntar si había algún espacio destinado a albergar a estos bebés.
Con toda naturalidad me dijo que sí y cogió unas llaves y nos lo mostró.
Adosado a una de las tapias externas del cementerio, otro rectángulo con sus muros y puerta completamente independiente pero integrado en él.
El lugar era mágico, nos sobrecogió el silencio y la paz del lugar. Era precioso pero estaba cerrado y muy poco cuidado.
Y allí casi en medio podía distinguirse un montoncito de tierra, una tumbita reciente? Pregunté. Sí el último bebé.
El bebé que resultó ser de los papas que estaban en el grupo.
A partir de ese momento nos pusimos a ello y presentamos al Ayuntamiento un proyecto para convertirlo en el Rincón Blanco y abrirlo al público para que todos conocieran esa realidad y pudieran visitarlo.
El 17 de octubre de 2020 pusieron la primera piedra, acto que hicimos coincidir con la celebración primera del recuerdo en la ciudad.
El 30 de octubre de 2021 hemos presentado El Rincón Blanco en sociedad.
Ha sido un acto precioso, muy emotivo. Decir que el concejal encargado de llevar a buen puerto este proyecto se implicó e ilusionó desde el primer momento, también su familia habían transitado la perdida en dos ocasiones.
Así que habló poco y visiblemente emocionado agradeció la propuesta a la Red.
Para darle todo el sentido al lugar estuvo Jesús Garcia Trapiello, el creador de la escultura «Amar sin latido» que explicó también el proceso de creación de la obra y su inspiración.
Dos padres leyeron sendas cartas, desde lo profundo del corazón roto de dolor pero rebosantes de amor, a sus bebés.
Mientras los acordes del violín de María Galán llenaban el Rincón. Nombramos a los bebés mientras los papás colocaban un lazo blanco con su nombre en una red metálica que habíamos colocado en la pared con unas mariposas alzando el vuelo.
Para cerrar la celebración, en cuanto anocheció, el emblemático monumento de «Los Cuatro Postes» se iluminó de rosa y azul alternándose cada tres minutos, en recuerdo de todos los bebés que sus familias no vieron crecer.
Desde la Red de Ávila nuestro agradecimiento a la Red Nacional por el entusiasmo que nos transmitís y a todos los que habéis colaborado con nosotros para que esto sea una realidad y perdure en el tiempo para los padres que inevitablemente tengan que vivir también la muerte de un hijo.
Teresa Sánchez Jiménez. Representante de la Red en Ávila.