Por Teresa Escudero Ozores y Manuela Contreras-García
Publicado en Parto respetado: biología, emoción, espiritualidad (kalewche.com)
Un parto es un evento imposible de describir incluso para aquellas personas que han pasado por el mismo. Se puede describir desde la biología como el momento en que el feto sale del útero, un evento neurobiológico sin precedentes que no vuelve a tener reproducción posible a lo largo de la vida, pues cada parto es diferente. Se puede describir desde la emoción, como el momento en que el bebé nace y la mamá lo recibe. También como el momento en el que el bebé se enamora de su madre. Nacemos amando1. Se puede describir como una experiencia mística y espiritual, en la que la mujer se siente una con todas las mujeres que en el mundo paren o han parido.
Y cada una de estas descripciones sería correcta.
¿Qué sería un parto respetado?
Un parto respetado es aquel en el que se tienen en cuenta todas estas esferas, cuando se tiene en cuenta a la mujer que da a luz, sus necesidades, sus deseos y sus peticiones. Es un parto en el que la atención central la tiene la madre que pare y el bebé que nace, en el que se busca que la fisiología haga su trabajo.
Cuanto más sabemos de partos, más asombrosa nos parece la neurobiología y la ingeniería biológica implicada en los mismos. Más importante parece que se intervenga lo menos posible en dicha ingeniería biológica, ya que ninguna intervención es inocua, y cualquier intervención es posiblemente iatrogénica, genera enfermedad y sufrimiento.
Las recomendaciones recientes de la OMS señalan la experiencia de las mujeres como un aspecto crítico de la atención de maternidad de alta calidad, no solo como un complemento a la práctica clínica, sino como un aspecto esencial de la misma.
Este informe define la experiencia de parto positiva como “… una que cumple o excede las creencias y expectativas personales y socioculturales previas de una mujer, e incluye dar a luz a un bebé sano en un entorno clínico y psicológicamente seguro con continuidad de atención y apoyo emocional”.2
Pero también cuando el bebé fallece intraútero se puede tener una experiencia de parto positiva. El relato de las madres y padres que han pasado por la experiencia, reflejan que en medio del dolor se dan sentimientos de belleza, orgullo, amor. Alfonso, padre de Celia, cuenta en el libro Duelo perinatal lo siguiente: “La noche anterior al parto tuve muchos temores. No sabía cómo iba a reaccionar ante la imagen de mi hija sin vida (…). Cuando se hizo realidad el nacimiento de mi hija Celia, todos los temores se disiparon, ¡qué equivocado estaba! Era PRECIOSA. Era mi niña hecha realidad. Aún recuerdo la imagen de mi mujer RADIANTE. Después de todo el esfuerzo físico, su cara, su piel, sus ojos, no mostraban signos de cansancio. Era pura vida. Estaba MARAVILADO por lo acontecido. No podía creer la contradicción que estaba viviendo (…) Estamos programados para AMAR”.3
Comprender qué constituye un entorno psicológicamente seguro para dar a luz requiere escuchar y aprender de las experiencias de parto de las mujeres. También de la pareja o persona acompañante elegida por la mujer.
¿Qué necesita una madre en el parto?
Una madre necesita sentirse segura. Necesita confiar en su cuerpo y en las personas que la acompañan. Necesita poder elegir a esas personas, poder estar con su pareja, con una doula, con su madre, o con esa vecina que le da confianza… Con quien ella se sienta bien y segura.
Necesita moverse, gemir, gritar, llorar, reír… Y saber que hay alguien que acompaña todas esas emociones desde el cariño, con comprensión y cuidado, con respeto.
Necesita comer si tiene hambre, y beber si tiene sed.
A veces necesitará alivio del dolor, pero otras veces no, y es importante acompañarla antes de que empiece el parto y que tenga distintas opciones para aliviar el dolor, tanto farmacológicas como no farmacológicas.
Necesita estar conectada con su cuerpo, y que los profesionales sanitarios que estamos alrededor sepamos acompañar con el cuerpo, no sólo con las palabras. Necesita tiempo. A menudo necesita oscuridad, e intimidad.
Hemos olvidado que el parto es una parte más de la sexualidad femenina, que el parto es un acto sexual… Y que puede ser orgásmico si cuidamos esa parte de oscuridad e intimidad, y permitimos que la mujer realmente conecte con su cuerpo y con su bebé.
En caso de partos con bebés fallecidos, también es necesario establecer una intensa relación profesional capaz de proporcionar seguridad a la mujer y su pareja, para que sea el amor, y no el miedo, el que tome las riendas de las decisiones que tendrán que tomar (como sostener y pasar un tiempo con el bebé, recoger recuerdos y fotos, o acerca de la disposición del cuerpo o de las opciones respecto a la lactancia).
El un informe sobre calidad de la asistencia sanitaria en casos de muerte intrauterina (España, 2013-2016)4, se afirma que una de las variables que disminuye la probabilidad de la práctica de una cesárea es responder “estar de acuerdo” con “sentí que podía hacer preguntas si quería”.
Un artículo reciente de Cassidy revela que las dos variables que más predicen una buena calidad de la atención percibida en casos de nacimientos tras muerte intrauterina tardía son: “podía expresarme emocionalmente delante de los profesionales” y “médicos/as y enfermeras/os trabajaron bien en equipo”.5
En un parto de un bebé fallecido también se necesita ofrecer tiempo. Ofrecer tiempo es: dar la opción a la madre y su pareja de marcharse a casa tras recibir el diagnóstico de muerte, establecer una relación profesional de confianza antes de preguntar sobre sus decisiones respecto a ver y sostener al hijo y otras, esperar a iniciar los pujos a que la mujer esté emocionalmente preparada para el encuentro con su bebé, ofrecer dejar recuerdos y fotos del bebé en custodia en el hospital (si no han querido obtenerlos y llevarlos en ese momento), etc.
¿Qué necesita un bebé en el parto?
Un bebé necesita poder moverse a lo largo del canal de parto. Requiere unas contracciones fisiológicas que permitan descansar entre una y otra, que dejen que la sangre fluya de la placenta hacia el ombligo.
Necesita salir por sí mismo, sin prisas y sin tirones, y ser acogido en un ambiente cálido.
Necesita que inmediatamente lo dejen sobre la barriga de su mamá.
Necesita poder moverse libremente y reptar en su hábitat. El hábitat de un recién nacido es el cuerpo de su madre.
Nada, absolutamente nada de lo que hace un bebé al nacer tiene sentido, sino desde la perspectiva de estar encima del cuerpo de su madre.6
Necesita que le dejemos toda su sangre, porque la sangre de la placenta, y la sangre que hay en el cordón, es sangre del bebé. Por eso es tan importante que el cordón deje de latir y se colapse antes de ser cortado.
Los primeros mil minutos de vida marcan la primera exposición al mundo. ¿A qué medio debo adaptarme?
En el ambiente que es la madre, el bebé puede amamantarse. Al hacerlo, el bebé hace mucho más que nutrirse. Amamantar es igual a programar, modular. Solo un porcentaje de la función del amamantamiento es nutrición. El resto son complejos procesos de regulación y desarrollo.
Esta regulación cubre las necesidades del cuerpo y la mente del bebé. El vínculo, la lactancia, los ciclos de comida/sueño llevan al apego seguro.
De manera paralela, se produce un proceso de sensibilización de la madre que la capacita para cuidar de su bebé en sintonía con él.
La oxitocina es el sustrato que sostiene todos estos circuitos. La madre es la clave para el desarrollo neural del bebé… tanto a término como prematuro.
El bebé fallecido necesita que los profesionales hablemos de él y le tratemos como hacemos con un bebé vivo.
Usar «feto» para referirse al hijo fallecido suele ser percibido por las madres y padres como una falta de sensibilidad. Además, condiciona las decisiones de las parejas.
Una de las variables predictivas positivas de haber visto al hijo es que al menos un sanitario usó el nombre del bebé.6 La palabra «feto» evoca una imagen que hace que las parejas tomen distancia. Si el profesional le dice a la madre “no mires” cuando el bebé va a salir, o lo deposita delante de ella (en etapas tempranas de la gestación) en una bolsa o recipiente de material biológico, evoca una imagen de lo que puede esperar.
Si la matrona toma al bebé con delicadeza y le llama por su nombre, el profesional está ofreciendo otra imagen o mensaje.
Por supuesto que la medicina y la técnica pueden salvar vidas, pero nos remitiremos a lo que sugiere uno de los inventores del registro cardiotocográfico. A finales de los años sesenta, el obstetra uruguayo Caldeiro Barcia diseñó, fabricó y aplicó en los partos la monitorización electrónica continua para estudiar la fisiología del parto. Al cabo de varios años, tras ver y comprobar cómo los aparatos y técnicas que desarrolló se aplicaban de manera rutinaria en la mayoría de los partos de bajo riesgo, dijo: “Yo inventé la monitorización cardiotocográfica continua para poder ayudar en aquellos partos con problemas, no para poner en problemas a todas las mujeres de parto”.7
Es importante que volvamos a ver el parto como lo que es: un evento neurohormonal único.8 Un evento emocional y espiritual irrepetible, que precisa de toda nuestra comprensión para que, como profesionales sanitarios, propiciemos una mínima intervención. Porque, ya sabemos, primum non nocere.
Teresa Escudero Ozores
Manuela Contreras-García
NOTAS
1 Véase Olza Ibone, Palabra de madre. El poder de la maternidad. Barcelona, Vergara, 2022, passim.
2 https://www.medigraphic.com/pdfs/revinvcli/nn-2011/nn116m.pdf.
3 Cit. en Pilar Gómez-Ulla y Manuela Contreras-García, Duelo Perinatal. Madrid, Síntesis, 2021.
4 P. R. Cassidy, J. Cassidy, I. Olza, A. Martín-Ancel, S. Jort, D. Sánchez y P. Martínez-Serrano, Informe Umamanita. Encuesta sobre la calidad de la atención sanitaria en casos de muerte intrauterina, 2018. Disponible en: https://www.umamanita.es/wp-content/uploads/2018/11/Informe-Umamanita-Calidad-Atencion-Muerte-Intrauterina-2018.pdf
5 P. R. Cassidy, ”Beyond emotional support: predictors of satisfaction and perceived care quality following the death of a baby during pregnancy”, en Journal of perinatal medicine, 50 (6), 2022, pp. 832–843, disponible en: https://doi.org/10.1515/jpm-2021-0489. Véase también https://www.sanidad.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/maternidadSaludCiencia.pdf.
6 https://comadronaenlaola.com/nils-bergman-epigenetica-y-nacimiento/#:~:text=Nada%20en%20la%20vida%20del%20beb%C3%A9%20tiene%20sentido%20excepto%20desde,regulaci%C3%B3n%20del%20beb%C3%A9%20al%20nacer.
7 https://aesmatronas.com/wp-content/uploads/2017/12/10_DE_LAS_MANOS.pdf.
8 https://saludmentalperinatal.es/2020/07/30/el-parto-como-evento-neuropsicologico-una-vision-integradora-de-la-experiencia-maternal-durante-el-parto.